221pipas, la monografía

Arcadia, el tabaco ficticio y a la vez real del doctor Watson (degustación)

La historia El jorobado presenta algunos párrafos alusivos a la nueva vida conyugal de Watson, alejado temporalmente de Baker Street. Allí se lo describe disfrutando su pipa nocturna cuando recibe la inesperada visita del viejo compañero de aventuras. Éste no necesita demasiadas pistas para deducir con exactitud qué fuma su anfitrión: por cierta ceniza “esponjosa” advierte la presencia del tabaco Arcadia. (1) Lo bueno de la cita es que el producto tuvo existencia real bajo otro nombre y su inclusión en la literatura de Doyle cuenta con curiosos antecedentes, cuyo detalle puede ser ubicado en la monografía de 221pipas. Resumidamente, el imaginario Arcadia era sinónimo del auténtico Craven Mixture fabricado en Inglaterra hasta bien entrada la década de 1990. Iniciado el siglo XXI fue lanzada por única vez una edición especial a modo de revival que se agotó rápidamente, pero aún así lograron probarla suficientes aficionados como para encontrar aún hoy reseñas válidas sobre sus características. O sea que podemos entender cómo era en términos de sabor.

Un rótulo marcario famoso durante mucho tiempo como Craven deja indicios añejos, y así sabemos también que hacia 1900 estaba compuesto por un equilibrado blend del tipo llamado “oriental”, lo que en la jerga tabacalera equivale a conjugar tabacos Virginia y Latakia, este último proveniente de Siria, Chipre o los Balcanes según época y disponibilidad. Ahora bien, si Craven Mixture ya no se produce, ¿qué alternativa puede actuar como reemplazo en una degustación alegórica? Hay muchas, pero me incliné por el tabaco irlandés Peterson Wild Atlantic. Según el propio fabricante, esta mezcla ofrece virginias anaranjados, finas hojas orientales y un Latakia superior de los Balcanes. La rica y generosa cantidad de Latakia le da su carácter inglés y una típica nota a humo. En otras palabras, todo lo que parecen haber sido tanto el prototipo literario referido por Doyle como su alter ego del mundo tangible.

Probado en pipa recta de brezo resultó sencillo de encender y con buena combustión a lo largo de toda la fumada (muchos tabacos tienden a apagarse una y otra vez). En cuanto a sus componentes, el afamado Virginia de USA brinda sabor y cuerpo, mientras el Latakia (cuya elaboración incluye ahumado con leña) le da un toque especial tan fácil de detectar como difícil de definir: algo balsámico, tal vez con cierto dejo de cuero y resinas. Digamos que se trata de un prototipo ideal para quien busca buen balance de sensaciones: tiene cuerpo pero no es fuerte, es aromático sin llegar a los perfumes exacerbados, no es dulce pero brinda una frescura especial que hace muy placentero saborearlo de principio a fin. Debo admitir que la elección no fue casual; tenía muy buenas referencias previas gracias a sitios y foros de aficionados que lo ponderan sin excepción, en especial el imprescindible www.tobaccoreviews.com

Se puede resumir entonces que en El Jorobado Watson fuma un producto de sólido renombre con rasgos elegantes, aromáticos, complejos y refinados que le hacen honor. Lógicamente, los registros del pasado indican que nunca fue barato: se ubicaba en el rango de precio acorde a la excelente fama que logró portar por más de cien años.

Arcadia en la ficción, Craven en la realidad. Bien por el doctor.

Notas:

(1) Arcadia representa toda una evolución para los gustos de Watson, ya que en la primera historia del canon (Estudio en Escarlata) asegura fumar tabaco Del Barco, un rústico espécimen elaborado a bordo por los marineros de la época (ver monografía). Pronto vamos a degustar el émulo moderno de ese consumo típico en los buques británicos durante los siglos XVIII y XIX.

No hay comentarios:

Publicar un comentario