221pipas, la monografía

A la carta en el Simpson's (degustación)

De los tres restaurantes apuntados en la serie de entradas que culminamos hoy, el Simpson's es el más citado durante las historias canónicas originales y el único al que asisten conjuntamente el detective y el doctor. En efecto, las referencias comienzan hacia las últimas líneas de El detective moribundo, cuando Holmes le propone a Watson comer allí "algo nutritivo" luego de sufrir un ayuno prolongado por motivos profesionales. Luego, en El cliente ilustre, una primera mención alusiva es seguida más tarde por la cena de los dos héroes, esta vez señalada no con el nombre oficial del lugar sino bajo el apelativo -casi afectuoso- de nuestro restaurante en el Strand, refiriéndose desde luego al emplazamiento histórico del comercio gastronómico en esa concurrida arteria londinense. Muchos estudiosos sherlockianos encuentran en tales citas literarias una posible predilección del propio autor, ya que hay quienes afirman que Arthur Conan Doyle fue un concurrente regular durante los años que vivió en la ciudad de Londres (1).


Los orígenes del Simpson's se remontan al año 1828 como café, cigar divan and tavern que reunía a grupos de hombres vinculados con la política y los negocios, aunque no fue hasta 1848 que comenzó a adquirir las características ampliadas a la gastronomía en todas sus formas: siguió siendo un bar a jornada completa, pero también un restaurante ubicado entre los más distinguidos y prestigiosos por la sofisticación de su cocina, según los estándares de la época. Al igual que el Holborn y el Criterion, sus instalaciones incluían amplios salones para la realización de reuniones y encuentros privados. No es sencillo encontrar un plato que represente cabalmente todas esas expresiones sociales y culturales victorianas, aunque un menú de 1921 me brindó cierta preparación que define bien la gastronomía y los ingredientes asequibles entonces en el Reino Unido, aplicados a una preparación actualmente venida a menos, pero infaltable en las mesas occidentales de fines del siglo XIX y principios del XX: la sopa, más concretamente una completa y apetitosa gravy soup. (2) (3)


La vianda consiste en un tipo sopero bastante frecuente dentro de las recetas europeas, basado en verduras con la adición de carne. En su formulación clásica, la Gravy contiene cebolla, puerro y pimiento morrón picados, zanahoria en rodajas, jamón crudo en trozos pequeños y carne de res, en este caso osobuco (jarrete en España). Los condimentos dependen de los gustos individuales, pero en el caso de una sopa con aires británicos se recomienda siempre incluir un toque de curry y algo de salsa worcestershire junto con aceite, sal y pimienta. La cocción total en hervor es de 60 minutos, tras los cuales queda listo el manjar tan apreciado en las mesas de antaño: una sopa contundente, suculenta, de sabor intenso pero a la vez natural, con muchos elementos sólidos que la convierten en una opción válida como entrada o plato principal. Ni hablar de lo deseable que habrá resultado para sacarse el frío en aquellos inviernos húmedos y brumosos de la Londres decimonónica. ¿Acaso el propio Holmes no sugiere ir al Simpson's por "algo nutritivo"en una de las historias? ¿Qué más vigorizante, sano y revitalizador que una sopa como la que acabamos de presentar?


Como calle, "el Strand" era entonces un núcleo de actividades comerciales durante el día y culturales por la noche. Y también ese activo polo gastronómico referido en las historias del detective imaginario más célebre de todos los tiempos.

Notas:

(1) Dicho período es ciertamente reducido: unos pocos meses de 1891 en la zona céntrica y hasta 1894 en el suburbio de South Norwood. De todos modos, queda claro que Doyle visitó la ciudad en los años posteriores, asistiendo a presentaciones, homenajes y eventos de toda índole.
(2) En la carta de 1921 aparece la versión liviana clear gravy, pero existen menúes más antiguos (que no reproduje por tratarse de imágenes con calidad muy pobre) presentando la vitualla en su tradicional tipo contundente, como la preparada para esta degustación.
(3) No confundir con la salsa de carne de igual nombre.

A la carta en el Criterion (degustación)

El almuerzo del Holborn señalado en la entrada anterior no es, de hecho, la primera referencia sobre sitios gastronómicos londinenses que podemos encontrar en las páginas del canon. Unas pocas líneas antes, a comienzos de Estudio en Escarlata, el buen doctor describe el encuentro con su antiguo asistente médico del siguiente modo: estaba de pie en el Criterion Bar (1) cuando alguien me tocó el hombro, y al darme vuelta reconocí al joven Stamford... Dicha cita será única dentro de las sesenta novelas y relatos originales, pero la importancia histórica del comercio en cuestión no pasa desapercibida entre los estudiosos, especialmente por el hito trascendental que implican los instantes previos a la presentación formal de Watson y Holmes en Baker Street 221B, algunos párrafos después. Tan es así que el lugar presenta hoy numerosas placas conmemorativas dispuestas en las paredes del local por diferentes asociaciones sherlockianas de todo el mundo, así como medallas, grabados y demás ornamentos alusivos.


Durante un siglo y medio, el Criterion ha hecho las veces de bar y restaurante en la céntrica ubicación de Piccadilly 224. Abrió sus puertas en 1874 y prontó se alzó como sitio elegido por lo más selecto del espectro social. Debido a la generosa capacidad de sus salones, muchas organizaciones ligadas al ámbito cultural, económico y político celebraban allí almuerzos, cenas o reuniones adornadas por el té y los aperitivos. Algunos eventos documentados destacan la presencia de figuras como H.G.Wells, Winston Churchill, Edgard Wallace, G.K. Chesterton y Bertrand Russell, entre otros. A comienzos de la década de 1990 el Criterion inció un período marcado por diferentes administraciones, reformas, cierres y reaperturas que han ido opacando su antiguo esplendor, no obstante lo cual todavía resulta factible el hallazgo de viejas cartas en registros históricos. Así sucede con una antiquísima Table d'Hote (2) casi contemporánea con aquel encuentro ficcional entre Watson y Stanford (1884-1881 respectivamente), que me permitió descubrir cierto plato de pescado bastante singular: Codfish and Egg Sauce, o sea bacalao con salsa de huevos.


Vale aclarar que la palabra inglesa codfish se aplica principalmente al bacalao y en menor medida a algunos otros ejemplares de su misma familia (gádidos), como el abadejo o el merlán, todos exclusivos del hemisferio norte. En estas latitudes sudamericanas no hay bacalao fresco (sólo seco y carísimo), mientras que llamamos abadejo a una especie familiarizada con el congrio. Así, dejando de lado las definiciones puramente científicas, encaré el cometido de recrear aquel plato mediante unos australes cachetes de abadejo (pequeñas y sabrosas piezas de las mejillas) cocinadas al horno con un simple aderezo de sal, pimienta, toque de curry, aceite de oliva y limón. La egg sauce -que se agrega al servir- tiene diversas formulaciones, entre las cuales seleccioné una bien sencilla: huevos duros picados puestos en sartén con manteca, perejil y todo el fondo líquido que queda en la asadera luego de la cocción del pescado. ¿El resultado? Un plato marino original, bastante sustancioso, con mucho sabor, adecuado para combinar con vinos rosados y tintos ligeros.


Homenajeamos así a otro arquetipo victoriano apuntado en la epopeya holmesiana, que albergó a muchos contemporáneos reales del detective imaginario.

Notas:

(1) Bebiendo una copa, sin dudas. Leo Engel, un célebre bartender de origen alemán afincado en Nueva York, llegó a Londres hacia 1880 para instalar uno de los primeros bares especializados en coctelería dentro del Criterion. También publicó un manual sobre el tema de gran éxito editorial. Más adelante voy a subir una entrada con preparación y degustación de tragos apuntados en su libro, ya que varios están bautizados con el nombre del insigne restaurante: Criterion Punch, Criterion Reviver, Criterion Flip, etcétera. Considerando la perfecta coincidencia de situación, lugar y época, cualquiera de ellos pudo haber sido el que estaba disfrutando Watson cuando se encontró con Stamford.


(2) Menú de precio fijo, casi siempre con un par de opciones para entrada, plato principal y postre.