221pipas, la monografía

Las pipas de Whitehead

Geoffrey Whitehead (1939) es un actor británico de radio, cine y televisión cuya carrera estuvo enfocada en el Reino Unido, con algunas colaboraciones para películas norteamericanas durante la década de 1970. Uno de los últimos papeles que realizó fue el de Wilburn Newbold en la comedia de situación Still Open All Hours, emitida por la BBC entre 2015 y 2019. Pero el principal componente de su fama proviene de una obra televisiva hecha hace más de cuarenta años, llamada Sherlock Holmes and Dr. Watson, donde encarnó al gran detective de Baker Street. La serie de 24 capítulos resultó ser una de las menos conocidas de la saga debido a su historia accidentada y llena de curiosidades (1). Todo comenzó en 1979 por idea de Sheldon Reynolds, el mismo que produjo la recordada Sherlock Holmes de 1954/1955 con Ronald Howard a la cabeza del elenco. Ahora bien, si en la década de los cincuenta fue llamativa la elección de Francia como país de rodaje (siendo una producción pensada para el mercado de USA), el segundo caso resulta todavía más notorio: nada menos que Polonia y a fines de los setenta, es decir, en plena época de la "cortina de hierro".


El hecho es que Reynolds llegó a un acuerdo con la televisión estatal polaca y se puso manos a la obra. Además de Whitehead en el personaje estelar, la serie contó con artistas reconocidos como Donald Pickering (Watson) y Patrick Newell (Inspector Lestrade), además de figuras invitadas en capítulos específicos: Glynis Barber, Victoria Tennant y Kay Walsh, entre otras. En términos generales, los guiones son muy cercanos a los de su serie antecesora, conformando una mixtura que combina elementos canónicos con ideas y personajes creados ad hoc, mientras los pormenores transcurren dentro de una Londres victoriana bastante bien reproducida en las calles de Varsovia. El resultado no están nada mal para una producción de bajo costo, aunque los problemas empezaron a surgir enseguida, cuando varios directivos de la TV polaca fueron procesados por corrupción y las cintas resultaron confiscadas. Dicho escándalo retrasó la distribución del producto, en ciertos casos para siempre: la serie nunca fue estrenada en Gran Bretaña, donde incluso se había lanzado un comic alusivo que hoy es material de culto para coleccionistas.


Por fortuna, muchos años después la tecnología puso a disposición de los fanáticos el repertorio completo de capítulos en soportes como Internet o el DVD. Fue entonces que muchos críticos vieron en esta obra una representación verdaderamente fiel de los personajes creados por Conan Doyle: el Holmes joven, activo y analítico junto al Watson sereno, observador e inteligente. Todo ello en el marco de una ambientación bastante preocupada por los detalles. La cuestión pipas tiene un buen tratamiento, comenzando por la acertada frecuencia fumatoria de los protagonistas: ambos lo hacen con bastante habitualidad, pero un poco más la estrella del programa. Luego, los ejemplares seleccionados recuerdan los usos de Howard dos décadas y media antes: pipas clásicas de brezo, con mayoría de formatos curvos y algunos diseños rectos, pero siempre dentro de los tipos más tradicionales. Para un tiempo en que la aparatosa calabash parecía estar en boca de todas las representaciones del gran detective, este voto por la prolijidad histórica resulta un bálsamo.


Así recordamos a otro intérprete y sus utensilios para echar humo, esta vez poniendo nuestra mirada en un serial olvidado durante largos años.

Notas:

(1) No confundir con la serie rusa del mismo nombre y filmada en la misma época.

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