221pipas, la monografía

En busca del tabaco "shag" - Versión VI (degustación)

Los experimentos de aproximación sensorial al viejo tabaco shag fueron presentados en cinco versiones que subrayaron atributos de semejanza tales como antigüedad, ascendencia, composición, baratura, sencillez y fortaleza, aunque siempre enfocándonos en una o dos características por vez, ya que resulta difícil encontrar todo eso simultáneamente. Parece necesario probar varias marcas por separado y luego recurrir a la imaginación o la subjetividad para tener una idea de lo que fumaban, hace más de cien años, Sherlock Holmes en la ficción y millones de británicos en el mundo tangible. Aún así, rematando la entrada anterior nos preguntábamos si existiría algún ejemplar con la totalidad de cualidades integradas en un único "prototipo perfecto", una especie de combo ideal y definitivo. La respuesta llegó a través de un proverbial producto de origen francés (aunque ya no se fabrica allí), cuyo pasado incluye el interesante antecedente de haber sido el tabaco oficial provisto a la milicia en el transcurso de numerosas guerras.


La marca Scaferlati Caporal representa como pocas aquella preferencia de las clases bajas europeas (obreros, campesinos, soldados) por el tabaco natural oscuro, sencillo y poco trabajado, de escasa complejidad aromática pero con sabores y humos bien intensos. Semejante definición parece tomada textualmente de las descripciones que hace el Dr. Watson, aunque no es la única coincidencia que podemos hallar. A su carácter económico, rudimentario y potente se suma una mezcla compuesta por tabacos Virginia, Kentucky y Paraguay capaz de otorgar esa condición heterogénea que parece haber sido una constante histórica. Cierto estudio sobre el Caporal llevado a cabo por aficionados italianos (1) logró determinar varias fórmulas añejas con la participación de materias primas francesas, norteamericanas, sudamericanas, africanas y asiáticas en diferentes períodos desde 1820 hasta 2003. Como comprobamos en la monografía Un estudio en tabaco, el popurrí  de procedencias (siempre con predominio de USA) también era típico del shag durante los tiempos fundacionales del canon holmesiano, cuando Doyle delineó las costumbres tabaquísticas del personaje.


La reconocida casa danesa Mac Baren fabrica el Scaferlati Caporal de nuestros días manteniendo el espíritu implícito en las recetas ancestrales. A la vista se ve como una mixtura de hebras angostas e irregulares con colores que oscilan entre el dorado, el rojizo y el negro. El aroma en crudo recuerda vivamente a los cigarrillos negros franceses de antaño, combinando cierto tono ahumado con algo de terroso. No presenta problemas de encendido (su humedad es más bien baja) y necesita sólo un par de minutos para mostrar su franqueza de tabaco tan simple y espontáneo como corpulento y picante. Este último matiz se incrementa a medida que aumenta el calor de la combustión hasta llegar a un punto de fogosidad equiparable al adjetivo acre (áspero) tan utilizado en los relatos que nos convocan. Como suma de estímulos, tiene el volumen del Virginia, la fuerza tostada del Kentucky y el toque herbáceo del Paraguay. De acuerdo con los resultados obtenidos hasta ahora, no hay nada más parecido a lo que describen los documentos del siglo XIX y las propias alusiones canónicas.


Así cerramos nuestra búsqueda del tabaco shag, con la convicción de haber llegado bastante cerca de aquello que Sherlock Holmes quemaba en su pipa mientras barruntaba los casos en el célebre domicilio de la calle Baker.

Notas:

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