221pipas, la monografía

Navidad de 1888 con cerveza, vino y un tabaco misterioso

¿Qué historia canónica transcurre durante la época navideña? Frente a semejante interrogante, ningún aficionado sherlockiano de la vieja escuela dudará en responder El carbunclo azul con absoluta seguridad. En efecto, este relato publicado por el Strand Magazine en enero de 1892 transcurre entre la navidad y el año nuevo de un año indeterminado (1). Su temática gira alrededor del insólito descubrimiento de cierta piedra preciosa en el buche de un ganso, lo cual no deja de ser una contundente señal costumbrista acerca del amplio consumo de aves en la Gran Bretaña victoriana para aquellos típicos festejos cristianos. Además de la abundante información histórica sobre la crianza y comercialización de dichos animales, tanto el relato original como sus derivaciones posteriores en la televisión nos ofrecen un puñado de momentos con presencia de bebidas, tabacos y comercios típicos que vale la pena pormenorizar. Por si no fuera suficiente, también tenemos al Watson televisivo haciendo obsequios de navidad a Holmes, algo que difícilmente haya imaginado jamás el propio Arthur Conan Doyle.


La narración cuenta con varios pasajes que son verdaderos clásicos (las deducciones acerca del sombrero o la visita al mercado de Covent Garden, por ejemplo), pero nuestro interés inicial se enfoca en el paso de los protagonistas por el Alpha Inn, un bar ubicado en el vecindario de Bloomsbury (2), donde piden cerveza. Yendo a las versiones de televisión, la serie de Granada TV reproduce muy bien aquel ambiente que hoy asociamos con los viejos pubs, incluyendo barriles, jarras de gres y otros detalles ornamentales de época. Al final del episodio, la cena en Baker Street vuelve sobre las bebidas sin hacer ninguna mención en los diálogos, aunque la botella con formato burdeos (3) sobre la mesa sugiere que se trata del característico vino tinto clarete bordelés. Un dato no menor es que durante las sesenta historias del canon la cerveza apenas se menciona en dos oportunidades y de manera genérica, mientras el vino cuenta con decenas de referencias, muchas de ellas bien puntualizadas en cuanto a clases y procedencias. Una vez más nos preguntamos si esta abrumadora diferencia numérica no será acaso un reflejo de los propios gustos de Doyle, trasladados inconscientemente a sus obras.


Como ocurre siempre con los relatos más populares de Sherlock Holmes, no faltan los reversionamientos y las modificaciones, desde cambios profundos en la trama hasta pequeños detalles circunstanciales. Entre estos últimos, el capítulo de la BBC de 1968 esconde una verdadera "perla" tabaquística, cuando Watson le presenta a Holmes su inesperado obsequio de navidad. El sorprendido detective agradece efusivamente, abre el paquete, huele su contenido y comienza a preparar una pipa. Es allí cuando su compañero realiza la siguiente aclaración: me temo que no es su mezcla habitual, ese terrible black shag, pero creo que le gustará. Al no haber ningún otro comentario revelador sobre la identidad del producto, una primera inferencia lógica es que podría tratarse del célebre tabaco Arcadia fumado en ese entonces por el buen doctor. Sin embargo, esta deducción se derrumba enseguida porque sabemos positivamente que Holmes conocía bien dicha marca y la fumaba mediante convites ocasionales de Watson (4). Parece claro que es una mezcla nueva para el obsequiado, pero: ¿cuál? Nunca lo sabremos, desde luego, tratándose de algo inventado por un guionista televisivo hace más de medio siglo.


Así, mientras realizamos un viaje por libros en papel y viejas series de televisión, podemos imaginar las navidades en Londres, sus bares y sus calles, pero muy especialmente en el 221 de la calle Baker.

Notas:

(1) El texto sólo puntualiza "dos días después de navidad" (27 de diciembre), sin más datos. Los cronólogos sugieren distintas posibilidades entre 1887 y 1890. Personalmente adhiero a 1888.
(2) Aunque no hay precisiones sobre el domicilio exacto del comercio, uno de los mejores candidatos actuales a ser lugar de referencia (o lo que allí existía en el siglo XIX) es el Museum Tavern sito en la esquina del 49 Great Russell Street. https://gazetteer.sherlock-holmes.org.uk/places/museum-tavern/


(3) Cilíndrica de bordes rectos y hombros altos, bien definidos.
(4) Como sucede en El Jorobado.

Un plato gitano a las afueras de París (degustación)

En varias oportunidades nos hemos ocupado de las películas Sherlock Holmes (2009) y su secuela Sherlock Holmes, juego de sombras (2012). El motivo de tanta reiterancia es simple: la bilogía está abarrotada de referencias sobre los temas que tratamos en 221pipas, con algunas precisiones gastronómicas verdaderamente notables. Una de ellas tiene lugar durante el segundo film, cuyo argumento se relaciona con la existencia histórica bien documentada de poblaciones gitanas en la Europa del siglo XIX. De hecho, uno de los personajes que acompaña al dúo estelar en su periplo por diferentes países (Inglaterra, Francia, Alemania, Suiza) es la líder zíngara Simza (Noomi Rapace). No vamos a abundar demasiado en la trama, pero basta decir que durante el segmento de nuestro interés los héroes arriban a un campamento situado en cercanías de París, donde vuelven a encontrarse con la mujer en cuestión. La pregunta que ella les formula abre paso a una escena posterior donde podemos observar algunos detalles cotidianos en los asentamientos de aquella milenaria comunidad tan extendida por todo el mundo.


El interrogante planteado es elemental: ¿tienen hambre? Acto seguido vemos a Holmes y Watson dentro de una típica tienda (1) saciando el apetito munidos de sus respectivos platos y cucharas. El detective elogia la comida diciendo este es un glorioso goulash de erizo, no recuerdo haber comido otro mejor, aunque su compañero no parece disfrutarlo tanto, lo cual origina un divertido contrapunto. Vale señalar que la presencia de tan curiosa vianda es otro acierto del equipo de producción y sus asesores históricos. En efecto, el erizo (hoy protegido por leyes de conservación) era en aquel entonces un manjar para las poblaciones romaníes y el goulash constituía la forma más típica de cocinarlo. Incluso si dejamos de lado al pobre animalito cubierto de púas, este guisado es una base la cocina gitana y puede contener carnes de origen bovino, ovino, porcino o de caza, entre otras. Así las cosas me propuse reproducir la preparación mencionada en el largometraje cambiando su base animal específica por algo más adaptable a los usos modernos.


El goulash del este europeo no tiene una única versión, sino varias. Algunos lo preparan como un estofado, otros como una salsa cárnica del estilo bolognesa italiana, muchos le agregan spaetzle (pasta tipo gnocchi de las regiones germano-eslavas) y otros lo consideran simplemente un guiso de carne. De este último modo lo encaré yo, comenzando con los ingredientes necesarios que comprenden carne (de cerdo previamente horneado), tomate triturado, zanahoria en trocitos, cebolla picada, pimiento verde picado, vino tinto y un grupo interesante de especias: ajo, perejil, orégano, pimentón dulce, pimentón ahumado, laurel, aceite, sal y pimienta. Primero hay que cocinar las carne cortada en trozos hasta dorarla en un poco de aceite y más tarde freír la cebolla agregando los dos pimentones. Cinco minutos después se incorporan la zanahoria y el pimiento verde, dejando diez minutos más para sumar el vino tinto, el tomate, el resto de las especias y la sal. Tras veinticinco minutos finales se apaga el fuego y se sirve para comprobar que resulta una excelente alternativa durante los días más fríos del invierno, de tipo sabroso y rotundo.


Otra vez, la pantalla grande nos brinda una oportunidad de revivir algunas costumbres antiguas, en este caso las de una población con siglos de historia errando por el Viejo Mundo.

Notas:

(1) La ambientación del segmento completo -que incluye la comida y un posterior baile al compás de música gitana tradicional- está muy bien lograda, con todos los ornamentos y accesorios típicos de la colectividad según las imágenes antiguas accesibles en nuestros días.

¿Del Barco o Arcadia? Una cronología básica sobre los tabacos del doctor Watson

Dentro del amplio mundo de la afición sherlockiana, los llamados cronólogos son aquellos entusiastas que tratan de ubicar temporalmente las historias originales escritas por Arthur Conan Doyle basándose en la información de los propios relatos. Dicho de otra manera, el asunto consiste en tratar la ficción como si fuera realidad asignando fechas históricas a hechos imaginarios (1). Ahora bien, en este blog hemos analizado los tabacos fumados por Watson según dos únicas menciones canónicas. Las respectivas historias están datadas de modo coincidente por casi todos los expertos: el tabaco Del Barco aparece en Estudio en Escarlata (1881) y la mezcla Arcadia en El jorobado (1888). Tomaremos esa información con el fin de realizar nuestra propia línea de tiempo "tabaquística" y determinar los períodos en que el buen doctor fumó uno u otro ejemplar según las diferentes circunstancias de su vida personal. De ese modo -tal vez- podremos hallar respuestas a ciertos interrogantes que plantea esta labor.


El rústico y marinero Del Barco se menciona durante los párrafos iniciales de Estudio en Escarlata, cuando los protagonistas son presentados por primera vez. Luego, en El Jorobado, sabemos que Watson modificó sus hábitos inclinándose hacia el prestigioso y equilibrado tabaco Arcadia (Craven Mixture del mundo real). Tal cambio de producto tiene sólidas motivaciones en el reciente matrimonio con Mary Morstan y en la notable mejoría de sus ingresos económicos, aunque cierta frase de Holmes añade un nuevo enigma: veo que ha vuelto a fumar la mezcla Arcadia de sus días de soltero. El problema es que Watson era soltero cuando conoció a Holmes y para esa época fumaba Del Barco. ¿Cómo explicar semejante discordancia? ¿Debemos suponer que durante su temprana juventud había fumado Arcardia? ¿Cuándo exactamente? ¿Cuántas veces pasó de un tabaco a otro considerando que más tarde enviudó, regresó a Baker Street, volvió a casarse y se fue nuevamente? (2) Bien, en base a lo que sabemos sobre la vida del doctor podemos esbozar la siguiente cronología.


Todo indica que John H. Watson nació alrededor del año 1852. En 1872 ingresa a la universidad y comienza a fumar la mezcla Arcadia, de la cual se vuelve consumidor regular. Su graduación se produce en 1878 e inmediatamente inicia el curso para ejercer como médico del ejército. En 1880 es destinado a la India. Durante el viaje, agotada su provisión de Arcadia, empieza a fumar el tabaco Del Barco elaborado y consumido por los marineros. A principios de 1881, de vuelta en Londres (3), renta las habitaciones de Baker Street 221B conjuntamente con el detective Sherlock Holmes, otro fumador de tabacos fuertes. En 1888 conoce a Mary Morstan, con quien se casa luego de un rápido noviazgo. Deja así el apestoso Del Barco para volver al más delicado y tolerable Arcadia de sus tiempos universitarios. Lamentablemente, su primera esposa fallece en 1892. En el afán por superar la tristeza abandona el Arcadia y regresa al viejo y batallador Del Barco, que le trae buenos recuerdos sobre los primeros años de aventuras junto a Holmes. Para 1894 está nuevamente instalado en Baker Street y allí permanece hasta 1903, cuando un segundo matrimonio lo hace abandonar otra vez el tradicional domicilio. Al año siguiente el mismo Holmes se retira de la profesión para establecerse en el campo. No especulamos sobre lo que pasó de allí en más, porque no hay elementos suficientes para sostener alguna hipótesis.


De acuerdo con lo visto, los períodos de consumo para cada tabaco pueden establecerse del siguiente modo:

1872 a 1880: Arcadia (universidad, curso para médico del ejército)
1880 a 1887: Del Barco (viaje a la India, primeros años en Baker Street)
1888 a 1892: Arcadia (matrimonio con Mary Morstan)
1893 a 1903. Del Barco (segunda etapa junto a Sherlock Holmes)
1904 en adelante: desconocido


Una pregunta lógica es cómo hacía el doctor para conseguir su provisión de tabaco marinero estando en tierra. No hay ningún problema para explicarlo: además de un eventual suministro a través de algún amigo del gremio naval (perfectamente factible), el mercado tabacalero británico contaba con varios émulos de alcance comercial bajo la denominación Ship's o sus tipos similares Roll, Pigtail y Carrot. A fines del siglo XIX eran asequibles ejemplares de las casas John Player & Sons (Genuine Old Fashion Ship's Plug), W & M Taylor (Bendingo Roll, Irish Roll), Edwards, Ringer & Biggs (Stockade Roll, Stockade Pigtail) y Stephen Mitchell & Sons (Main Deck Carrot Cut) (4).


Así, alternando Del Barco con Arcadia, no dudamos que Watson tuvo una larga vida como fumador de pipa.

Notas:

(1) Como para hacer más difícil esta curiosa labor, sólo algunos casos cuentan con referencias explícitas. La mayoría presenta datos puramente genéricos, ambiguos o contradictorios. Por ese motivo no existe ninguna cronología definitiva y todo es objeto de sesudas investigaciones.
(2) Algunos cronólogos creen que Watson tuvo otros matrimonios, pero en este punto me declaro conservador y prefiero atenerme a las pocas pistas que ofrecen los relatos, según los cuales sólo se puede hablar de dos.
(3) La estadía en la India es breve porque resulta herido durante la batalla de Maiwand, acaecida en Afganistán el 27 de julio de 1880.


(4) Según la completa nomenclatura del sitio www.tobaccocollectibles.co.uk