Los experimentos de aproximación
sensorial al viejo tabaco shag fueron presentados en cinco versiones que subrayaron atributos de semejanza tales como antigüedad, ascendencia,
composición, baratura, sencillez y fortaleza, aunque siempre
enfocándonos en una o dos características por vez, ya que resulta
difícil encontrar todo eso simultáneamente. Parece necesario
probar varias marcas por separado y luego recurrir a la imaginación
o la subjetividad para tener una idea de lo que fumaban, hace más
de cien años, Sherlock Holmes en la ficción y millones de
británicos en el mundo tangible. Aún así, rematando la entrada
anterior nos preguntábamos si existiría algún ejemplar con la totalidad de cualidades integradas en un único "prototipo
perfecto", una especie de combo ideal y definitivo. La
respuesta llegó a través de un proverbial producto de origen
francés (aunque ya no se fabrica allí), cuyo pasado incluye el
interesante antecedente de haber sido el tabaco oficial provisto a la
milicia en el transcurso de numerosas guerras.
La marca Scaferlati
Caporal representa como pocas aquella preferencia de las
clases bajas europeas (obreros, campesinos, soldados) por el tabaco
natural oscuro, sencillo y poco trabajado, de escasa complejidad
aromática pero con sabores y humos bien intensos. Semejante
definición parece tomada textualmente de las descripciones que hace
el Dr. Watson, aunque no es la única coincidencia que podemos
hallar. A su carácter económico, rudimentario y potente se suma una
mezcla compuesta por tabacos Virginia, Kentucky y
Paraguay capaz de otorgar esa
condición heterogénea que parece haber sido una constante
histórica. Cierto estudio sobre el Caporal llevado a cabo por aficionados italianos
(1) logró determinar varias fórmulas añejas con la participación
de materias primas francesas, norteamericanas, sudamericanas,
africanas y asiáticas en diferentes períodos desde 1820 hasta 2003.
Como comprobamos en la monografía Un estudio en tabaco, el popurrí de procedencias (siempre con predominio de USA) también era típico del shag durante los tiempos fundacionales del canon
holmesiano, cuando Doyle delineó las costumbres tabaquísticas del
personaje.
La reconocida casa danesa Mac Baren
fabrica el Scaferlati Caporal de nuestros días manteniendo el
espíritu implícito en las recetas ancestrales. A la vista se ve
como una mixtura de hebras angostas e irregulares con
colores que oscilan entre el dorado, el rojizo y el negro. El aroma
en crudo recuerda vivamente a los cigarrillos negros franceses de
antaño, combinando cierto tono ahumado con algo de terroso. No
presenta problemas de encendido (su humedad es más bien baja) y
necesita sólo un par de minutos para mostrar su franqueza de tabaco
tan simple y espontáneo como corpulento y picante. Este último
matiz se incrementa a medida que aumenta el calor de la combustión
hasta llegar a un punto de fogosidad equiparable al adjetivo acre
(áspero) tan utilizado en los relatos que nos convocan. Como
suma de estímulos, tiene el volumen del Virginia, la fuerza
tostada del Kentucky y el toque herbáceo del Paraguay. De
acuerdo con los resultados obtenidos hasta ahora, no hay
nada más parecido a lo que describen los documentos del siglo XIX y
las propias alusiones canónicas.
Así cerramos nuestra búsqueda del
tabaco shag, con la convicción de haber llegado bastante
cerca de aquello que Sherlock Holmes quemaba en su pipa mientras
barruntaba los casos en el célebre domicilio de la calle Baker.
(1) Link a la nota, en italiano: https://www.gustotabacco.it/storia/2469-uno-studio-sullo-scaferlati-caporal/