221pipas, la monografía

Pollo al curry para desayunar (degustación)

El tratado naval es un relato publicado por el Strand Magazine en noviembre de 1893 y compilado posteriormente en la serie de historias denominada Memorias de Sherlock Holmes. Su trama gira alrededor de un importante documento oficial sustraído en misteriosas circunstancias al funcionario del gobierno británico Percy Phelps. Semejante desgracia lo pone en una delicada situación, ya que el valioso texto se encontraba bajo su cuidado, toda vez que la desaparición sucede en la propia oficina del susodicho estando él mismo presente. ¿Quién sino el gran detective de Baker Street para resolver el misterioso y trascendental caso? No entraremos aquí en mayores detalles, pero basta decir que el momento del desenlace tiene ese ingrediente de espectacularidad teatral bastante típica en Holmes. Resumiendo, Phelps es invitado a desayunar en Baker Street, donde se le indica (falsamente) que el asunto no marcha bien. Cuando le piden al pobre hombre que levante la tapa de una de las fuentes dispuestas sobre la mesa, oh sorpresa, allí está el tratado, sano, salvo y completamente intacto (1).

Lo que nos interesa a los efectos de este blog es el carácter de las viandas mencionadas en el texto. El hilo comienza con un comentario de Holmes (nunca exento de mordacidad) del siguiente modo: la señora Hudson ha estado a la altura de las circunstancias. Su cocina es un poco limitada, pero tiene idea tan buena del desayuno como una escocesa. Luego se describen los platos en cuestión: jamón con huevos y pollo al curry. No hay nada de sorprendente en el primero de ellos, aún hoy practicado no sólo en Reino Unido sino en buena parte del mundo occidental. Pero sí nos interesa el pollo al curry, preparación con fuerte influencia de la India. Ya hemos analizado con anteriordad el error de considerar los usos y costumbres victorianos con nuestra mirada del siglo XXI. Tal vez la modernidad nos haga ver demasiado contundentes algunas colaciones para ser consumidas a primera hora del día, pero en esos días el full english breakfast podía incluir tanto tostadas, jamón y huevos como preparaciones elaboradas al estilo del riñon endiablado o el pollo que nos ocupa.


En tal guisa me dispuse a preparar esta vitualla singular y bastante común en la actualidad (2), aunque ya no como desayuno. Además del pollo, los ingredientes necesarios incluyen tomate, cebolla, zanahoria, caldo de ave, crema (opcional) junto a los infaltables toques especiados de perejil, orégano, pimienta, pimentón y curry. Los pasos son simples: primero hay que sofreír las verduras frescas hasta un punto medio y luego agregar el caldo junto con el pollo (personalmente prefiero tenerlo cocinado al horno y troceado de antemano, al igual que las zanahorias semi hervidas). Luego de unos minutos se agregan las especias, y finalmente la crema. Un breve período de cocción final permite integrar los sabores que resultan en una especie de guisado con aires orientales, bien rico y saboroso, bastante liviano si se ha sido prudente con la sazón aromática, aunque esto depende en gran medida de los gustos personales o la eventual intención de darle un toque con mayor influencia asiática: para ello sólo hay que ser más generoso con el curry y omitir la crema.


Confieso que se trató de una cena (de hecho, no suelo desayunar), pero de todos modos revivimos otro momento gastronómico holmesiano original, pensado por Doyle a fines del siglo XIX y recreado luego por los medios masivos de comunicación.

Notas:

(1) Vale la pena repasar la escena en el capítulo correspondiente de la serie protagonizada por Jeremy Brett. Son realmente impagables las expresiones de la señora Hudson y de Watson cuando Phelps levanta la tapa, una con picardía cómplice (ella estaba al tanto) y el otro (que no sabía nada) totalmente deslumbrado.


(2) Diferente al riñon endiablado que repasamos hace un tiempo, casi desaparecido en las cocinas modernas.

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