221pipas, la monografía

Las pipas largas de Sherlock Holmes: churchwarden (degustación)

La esbelta pipa llamada churchwarden pertenece a los prototipos creados por la industria europea en sus inicios del siglo XVI. Se fabricaron con arcilla durante doscientos años, pero desde mitad del siglo XIX se añadió la manufactura basada en madera. El nombre churchwarden (en inglés guardián de la iglesia) tiene que ver con la costumbre de fumar a la salida de los templos, aunque también eran populares en las tabernas. En la Europa septentrional de los años 1700 cada establecimiento del ramo ofrecía gratuitamente pipas y tabaco como modo de atraer parroquianos y estimular el despacho de bebidas, tal cual lo testimonian muchos textos y obras pictóricas. No obstante, en las décadas victorianas tardías aquella celebridad se iba desvaneciendo lentamente mientras los formatos más austeros dominaban el mercado, algo muy lógico en esa época revolucionaria del transporte y los viajes. El motivo es tan simple como congruente: las desmesuradas churchwarden resultaban incómodas para fumar en movimiento o guardar entre los efectos personales.


A diferencia del modelo cherrywood analizado en la entrada anterior, la churchwarden no integra el grupo de pipas canónicas acreditadas, o sea que jamás se la menciona, sugiere o ilustra durante las sesenta historias originales escritas por Doyle. Sin embargo, su aparición reiterada en cierta obra televisiva amerita considerarla como parte de los hábitos del gran detective (1) (2). Hablamos, por supuesto, de la serie producida por Granada TV entre 1984 y 1984 que tuvo como protagonista a Jeremy Brett. Si bien hay alguna variedad de especímenes en la primera temporada, luego de varios capítulos queda claro que el Sherlock Holmes encarnado por Brett se inclina definitivamente hacia las churchwarden, tanto de brezo como de arcilla. La confirmación puede observarse frecuentemente sobre el mueble posa pipas dispuesto en el plató que simula las habitaciones de Baker Street, del que obtuve una nítida estampa correspondiente al capítulo La antigua casona de Shoscombe. Dicha imagen no deja dudas: de un total de seis pipas, cinco son churchwarden. Es difícil hallar explicaciones para esta disrupción contraria a los relatos originales, si bien existe una versión dando vueltas por allí (3).


Entre semejante abundancia del mismo modelo, hay al menos una modesto repertorio de variantes. Para la imagen inmediata superior elegí dos ocasiones concretas en las que Brett fuma arcillas (una negra y otra grisácea), dado que el ejemplar en mi poder está hecho con ese material. Se trata de la marca argentina Semper Fidelis, cuyas dimensiones acusan 23 centímetros de longitud y una cazoleta con 4.4 centímetros de altura. Esta última se condice con el tamaño holgado de la pipa en general y su carga es realmente grande (unos 7 u 8 gramos de tabaco), como para fumadas extensas, de esas que suelen exigir largos períodos de tranquilidad. Precisamente allí reside la característica que aleja el modelo churchwarden de los hábitos de Holmes, especialmente en el caso de las arcillas: son pipas demasiado largas, voluminosas y pesadas para la vida cotidiana de un fumador frenético e hiperactivo como nuestro héroe. Pero los realizadores del aquel famoso serial televisivo lo interpretaron de un modo diferente, según las contundentes evidencias.


Repasamos así otro raro matiz de la saga detectivesca más larga y fecunda de la historia haciendo foco en uno de sus emblemáticos accesorios para fumar.

Notas:

(1) En rigor, podemos observar otro intérprete -menos rutilante- fumando la pipa en cuestión: Matt Frewer, que protagonizó cuatro películas para TV realizadas por la empresa Hallmark entre 2000 y 2002.


(2) Aunque no tiene relación directa con el mundo sherlockiano, vale decir que el modelo recuperó parte de su popularidad a comienzos del siglo XXI gracias a la saga cinematográfica de El Señor de los Anillos y El Hobbit, en especial por el personaje del mago Gandalf.


(3) El blog de pipas petersonpipenotes.org ofrece cierta historia muy provechosa para su marca, según la cual Brett se "enamoró" tempranamente de las churchwarden. Los argumentos allí expuestos son algo débiles y no acaban de explicar por qué una producción muy inclinada a cuidar los detalles literarios de época fue a su vez tan desprolija en la selección de pipas, contrastando aciertos notables (como la pequeña arcilla blanca de Escándalo en Bohemia), con una insólita obstinación por otro modelo completamente ajeno al canon, que acabó imponiéndose. Sin embargo, a falta de mayores certidumbres, la versión debe ser tomada en cuenta. https://petersonpipenotes.org/tag/jeremy-bretts-pipe/

Las pipas largas de Sherlock Holmes: cherrywood (degustación)

Si bien no existen descripciones categóricas en los textos de Arthur Conan Doyle, todo parece indicar que el creador de Sherlock Holmes imaginó a su personaje como fumador de pipas bastante clásicas, tanto de arcilla como de brezo, con tamaños moderados y formatos regulares. Pero hay una excepción bien conocida, que es la portentosa cherrywood del relato Copper Beeches, definida como "alargada" e ilustrada consecuentemente por Sidney Paget (1) para el Strand Magazine en Junio de 1892. A pesar de ser una verdadera rareza, el prototipo ha dado lugar a su propia corriente posterior de emulaciones en el cine y la televisión (en el mismo sentido que la célebre calabash), incluyendo no sólo a Holmes sino también al doctor Watson. Ahora bien, en la época en que se publicó Copper Beeches, el término cherrywood tenía un significado inequívoco dentro de la industria de las pipas, acotado a un único tipo de madera, un diseño exclusivo y un solo fabricante.


En 1869, Eugene León Ropp patentó por primera vez las pipas hechas con madera de cerezo (cherrywood en inglés) y rápidamente alcanzó un gran éxito comercial en toda Europa con sus modelos de cazoleta cilíndrica caracterizados por cierta tosquedad. A partir de allí su producción se fue ampliando en diseños y materiales, pero el renombre de la marca quedó unido para siempre a aquellos especímenes primitivos, a tal punto que toda la industria terminó utilizando la palabra cherrywood para referirse tanto a la madera como a las cazoletas. No obstante, considerando el lugar y la época, la ilustración de Paget no deja dudas: lo que Holmes está encendiendo con su brasa candente es una genuina Ropp cherrywood del siglo XIX. Mucho tiempo después, en la segunda mitad del siglo XX, Peter Cushing volvió a poner la atención sobre el ejemplar en la película El sabueso de los Baskerville (1959) y en algunos capítulos de la serie Sherlock Holmes (1968). Incluso podemos observar personificaciones de Watson en el mismo sentido, como ocurre con Nigel Bruce El sabueso de los Baskerville (1939) o Donald Houston en A Study in Terror (1965), ambos haciendo uso de formatos más cortos.



Dentro de mis modestas existencias, lo que más se acerca al modelo en cuestión es un viejo brezo de la antigua marca inglesa Aristocrat. Su cazoleta perfectamente cilíndrica de base plana, unida a sus dimensiones intermedias, la sitúa a medio camino entre los exponentes que hoy de denominan indistintamente cherrywood, cherry o poker, dependiendo de las diversas nomenclaturas propuestas por cada marca. A pesar de sus dimensiones mesuradas cuenta con una envidiable capacidad de carga, seguramente porque el mismo formato de cilindro le brinda al hornillo un volumen generoso, mayor al de pipas más grandes con base redondeada. Este ejemplar en particular tiene un excelente tiro y fuma muy bien, lo que unido a la peculiaridad anterior lo convierte en una opción ideal para fumadas prolongadas. Dicho dato parece contradecir el comentario de Watson, quien asegura que Holmes usa su cherrywood en remplazo de la arcilla "cuando está en un estado de polémica más que de reflexión." Curioso aserto, sin dudas, considerando que las arcillas de Holmes eran pequeñas, para fumadas rápidas. ¿Acaso el detective era más polémico que reflexivo?


Dejamos planteado el interrogante luego de fumar una pipa que se acerca -tímidamente- a uno de los ejemplares emblemáticos de Sherlock Holmes según las historias originales escritas por su autor.

Notas:

(1) Paget nos brinda otra intrigante imagen en la historia El intérprete griego, aunque en este caso sin ninguna referencia escrita de Doyle. ¿Es la misma pipa Ropp de Copper Beeches? Resulta difícil comprobarlo debido al ángulo ligeramente oblicuo en que está dibujada, aunque personalmente tengo mis dudas y opino que posee mayor similitud con el estilo poker que reseñamos en esta entrada. Hay varios pormenores visuales que me llevan a esa conclusión, pero el principal es la unión del caño con la cazoleta en la parte más baja de esta última (prácticamente sobre la base), toda vez que en las viejas Ropp el empalme siempre está situado varios centímetros más arriba.