La esbelta pipa llamada
churchwarden pertenece a los prototipos creados por la industria
europea en sus inicios del siglo XVI. Se fabricaron con arcilla
durante doscientos años, pero desde mitad del siglo XIX se añadió
la manufactura basada en madera. El nombre churchwarden (en inglés guardián de
la iglesia) tiene que ver con la costumbre de fumar a la
salida de los templos, aunque también eran populares en las
tabernas. En la Europa septentrional de los años 1700 cada
establecimiento del ramo ofrecía gratuitamente pipas y tabaco como
modo de atraer parroquianos y estimular el despacho de bebidas, tal
cual lo testimonian muchos textos y obras pictóricas. No obstante,
en las décadas victorianas tardías aquella celebridad se iba
desvaneciendo lentamente mientras los formatos más austeros
dominaban el mercado, algo muy lógico en esa época revolucionaria
del transporte y los viajes. El motivo es tan simple como congruente:
las desmesuradas churchwarden resultaban incómodas para fumar en
movimiento o guardar entre los efectos personales.
A diferencia del modelo cherrywood
analizado en la entrada anterior, la churchwarden no integra el grupo
de pipas canónicas acreditadas, o sea que jamás se la menciona,
sugiere o ilustra durante las sesenta historias originales escritas
por Doyle. Sin embargo, su aparición reiterada en cierta obra
televisiva amerita considerarla como parte de los hábitos del gran
detective (1) (2). Hablamos, por supuesto, de la serie producida por
Granada TV entre 1984 y 1984 que tuvo como protagonista a Jeremy
Brett. Si bien hay alguna variedad de especímenes en la primera
temporada, luego de varios capítulos queda claro que el Sherlock
Holmes encarnado por Brett se inclina definitivamente hacia las
churchwarden, tanto de brezo como de arcilla. La confirmación puede
observarse frecuentemente sobre el mueble posa pipas dispuesto en el
plató que simula las habitaciones de Baker Street, del que obtuve
una nítida estampa correspondiente al capítulo La antigua casona de
Shoscombe. Dicha imagen no deja dudas: de un total de seis pipas,
cinco son churchwarden. Es difícil hallar explicaciones para esta
disrupción contraria a los relatos originales, si bien
existe una versión dando vueltas por allí (3).
Entre semejante abundancia del mismo
modelo, hay al menos una modesto repertorio de variantes. Para la
imagen inmediata superior elegí dos ocasiones concretas en las que
Brett fuma arcillas (una negra y otra grisácea), dado que el
ejemplar en mi poder está hecho con ese material. Se trata de la
marca argentina Semper Fidelis, cuyas dimensiones acusan 23
centímetros de longitud y una cazoleta con 4.4 centímetros de
altura. Esta última se condice con el tamaño holgado de la pipa en
general y su carga es realmente grande (unos 7 u 8 gramos de tabaco),
como para fumadas extensas, de esas que suelen exigir largos
períodos de tranquilidad. Precisamente allí reside la
característica que aleja el modelo churchwarden de los hábitos de
Holmes, especialmente en el caso de las arcillas: son pipas demasiado
largas, voluminosas y pesadas para la vida cotidiana de un fumador
frenético e hiperactivo como nuestro héroe. Pero los realizadores
del aquel famoso serial televisivo lo interpretaron de un
modo diferente, según las contundentes evidencias.
Repasamos así otro raro matiz de la
saga detectivesca más larga y fecunda de la historia haciendo foco
en uno de sus emblemáticos accesorios para fumar.
Notas:
(1) En rigor, podemos observar otro
intérprete -menos rutilante- fumando la pipa en cuestión: Matt
Frewer, que protagonizó cuatro películas para TV realizadas por la
empresa Hallmark entre 2000 y 2002.
(2) Aunque no tiene relación directa
con el mundo sherlockiano, vale decir que el modelo recuperó parte de su popularidad a comienzos del siglo XXI
gracias a la saga cinematográfica de El Señor de los Anillos y El
Hobbit, en especial por el personaje del mago Gandalf.
(3) El blog de pipas
petersonpipenotes.org ofrece cierta historia muy provechosa para su
marca, según la cual Brett se "enamoró" tempranamente de
las churchwarden. Los argumentos allí expuestos son algo débiles y
no acaban de explicar por qué una producción muy inclinada a cuidar
los detalles literarios de época fue a su vez tan desprolija en la
selección de pipas, contrastando aciertos notables (como la pequeña
arcilla blanca de Escándalo en Bohemia), con una insólita
obstinación por otro modelo completamente ajeno al canon, que acabó
imponiéndose. Sin embargo, a falta de mayores certidumbres, la
versión debe ser tomada en cuenta.
https://petersonpipenotes.org/tag/jeremy-bretts-pipe/