221pipas, la monografía

Las pipas de Richardson

Ian Richardson (1934-2007) fue un actor británico de cine, teatro y televisión. Desde el punto de vista actoral, su mayor prestigio proviene de la participación en numerosas obras de teatro clásico como Hamlet, Ricardo II y My Fair Lady, por citar algunos trabajos destacados. No obstante, las generaciones más jóvenes lo conocen por ciertos papeles que encaró para la pantalla chica, especialmente personificando al inescrupuloso político Francis Urquhart en la exitosa serie House of Cards. Pero claro, el interés de este blog se centra alrededor de su actuación como Sherlock Holmes en dos películas para TV filmadas a principios de la década de 1980 con sendas historias canónicas bien populares: El Signo de los Cuatro y El sabueso de los Bakserville. La cosa cobra un interés especial al conocer el accidentado periplo legal y comercial que involucró ambas piezas, pensadas como inicio de una sucesión de varios films que nunca llegaron a materializarse (1).


En 1982, la compañía norteamericana encabezada por Sy Weintraub (2) se asoció con su par británica de Otto Plaschkes con el fin de producir una serie de realizaciones sobre el genial detective. Para empezar eligieron las dos novelas originales mejor posicionadas en el conocimiento público, pero -según relató años después el propio Richardson- la idea era bastante más ambiciosa y contemplaba al menos seis entregas completas. Weintraub pagó bastante dinero a la familia Doyle por los derechos de propiedad intelectual y se vió sorpendido cuando, al poco tiempo, Granada TV anunció su intención indeclinable de llevar adelante una serie sherlockiana con muchos capítulos. La cosa acabó resolviéndose en los tribunales (al parecer, Granada compensó muy bien a Weintraub) y el proyecto tuvo su fin luego de dos apariciones. Una lástima, ya que lo hecho resulta más que interesante por su buena puesta en escena y la lista las figuras involucradas, que acredita nombres como Denholm Elliot, Ronald Lacey y Martin Shaw.


Algunos críticos señalan a Richardson como un Holmes demasiado afable y sonriente, pero quien esto escribe lo considera un excelente intérprete del personaje. El costado tabaquístico se encuentra sólidamente desarrollado mediante numerosas escenas en las dos películas, sobre todo teniendo en cuenta el acertado repertorio de pipas seleccionadas para tal fin. Básicamente podemos apreciar cuatro modelos diferentes: una calabash estilo "cuerno" con borde de cazoleta metálico, un elegante brezo semi curvo (bent billiard), otro brezo recto (apple) y una arcilla de color oscuro. O sea, casi una perfecta representación de formatos holmesianos en apenas un puñado de ejemplares que combinan el canon original con los estereotipos cinematográficos posteriores. Como para reforzar el punto, los dos actores que representan a Watson (David Healy en El Signo de los Cuatro y Donald Churchill en El sabueso de los Baskerville) cumplen muy bien su papel de fumadores más calmos y relajados.


Entre tantas versiones del detective, las películas de Richardson no siempre son debidamente justipreciadas. Pero aquí, al menos, hemos valorado un compendio de pipas de una variedad históricamente bien elegida.

Notas:

(1) Richardson volvió al universo sherlockiano a comienzos del siglo XXI intepretando al doctor Joseph Bell en la mini serie Murder Rooms, Mysteries of the real Sherlock Holmes (2000).
(2) Famoso por haber realizado la popular serie Tarzán de los años sesenta.


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